miércoles, 11 de diciembre de 2019

El tono adecuado


La esencia de la comunicación es poner en común. Comunicar es compartir, con uno mismo (comunicación intrapersonal), y/o con los demás (comunicación interpersonal). La comunicación es la base de la confianza, factor determinante en el bienestar de cualquier relación. 

Cuando nos comunicamos, es conveniente prestar atención a todos los detalles, incluso al lenguaje no verbal (al de nosotros mismos y al de nuestros interlocutores). El tono refleja la característica especial que le damos a nuestras palabras. Si hablamos con dulzura, podemos cautivar, convencer, persuadir y tranquilizar. En cambio, si lo hacemos con rudeza, vamos a intimidar, amenazar y crear reacciones adversas. 

Diálogo modelo:

Hombre (gritando): - ¡Estoy muy cansado, hoy tuve un día pésimo en el trabajo, y para colmo… llego a la casa  y no hay nada para cenar!
Mujer: (gritando): - ¿Pero es que ni siquiera me vas a dejar que te cuente lo que me pasó? ¡Esto sí que es el colmo! ¡No te soporto, ni a ti ni a tus alaridos!

Alternativa:

Hombre: - Hola. Estoy muy cansado, hoy tuve un día pésimo en el trabajo, y no hay nada para cenar.
Mujer: Mañana será que puedo hacer el mercado. Hoy me pasó de todo. Pidamos comida, y aprovechamos mientras esperamos y nos contamos nuestras anécdotas. Cuando la vida se pone cómica, lo mejor es reírse. 

Antes de dirigirnos a los demás, en casos álgidos tomémonos un tiempo para pensar qué es lo que más conviene en cuanto a la comunicación. Cómo podemos ser favorables para todas las partes. Hay muchas técnicas, como la Programación Neuro-Lingüística que enseñan a acompasarnos con el otro, para luego llegar en conjunto a acuerdos benéficos para todos.

En nuestra comunicación siempre hay alternativas que podemos explorar, y así acercarnos a los demás de una forma más favorable o afable.    

Por Daniel Duque @danielduque21

lunes, 9 de diciembre de 2019

El hombre en busca de sentido


Victor Frankl (psiquiatra y escritor vienés) en “El hombre en busca de sentido”, cuenta cómo logró sobrevivir a los campos de concentración nazi, en donde estuvo recluso desde 1942 hasta 1945. 

Frankl demuestra que en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, se puede encontrar una razón para vivir. En los campos de concentración había personas que iban de una barraca a otra consolando a los demás. Ellos, según sus palabras: “dan prueba de que a un hombre se le puede quitar todo excepto la última de sus libertades: escoger su actitud frente a cualquier circunstancia”. 


Luego de salir de los campos nazis, Frankl, haciendo uso del despertar que produce la "terapia del shock", le preguntaba a sus pacientes con múltiples padecimientos: "¿Por qué no se suicida?". Y de sus respuestas se orientaba para la psicoterapia que aplicaba con ellos. Así descubrió que a la gran mayoría lo que los ataba a la vida eran sus hijos, pareja, familia en general, o un trabajo apasionante.


Jung definió a la neurosis como el sufrimiento del alma que no ha encontrado sentido. El sentido de la vida es nuestro combustible para vivir. Cualquier momento es bueno para preguntarnos hacia dónde nos dirigimos, cómo lo hacemos, para qué... 

Detente ahora y pregúntate: ¿qué te apasiona?, ¿qué le da sentido a tus días? 

Por Daniel Duque @danielduque21

Aprender a dejar la lengua en reposo

Hoy trataremos un tema caliente, que a veces arde... el chisme porque ha existido siempre y ha afectado mucho. Pero, ¿Conoces las cara...