martes, 8 de diciembre de 2020

Tanto apuro, ¿para qué?


Quien vive a las carreras muy probablemente es inconsciente de que cuando no tomamos un tiempo para relajarnos, nos dificultamos el recorrido. Al no parar nos ponemos una traba a nosotros mismos, que tarde o temprano nos hará caer.

El ansioso muchas veces refleja en su cuerpo el estrés que lo acosa: se come las uñas, se pellizca las cutículas, se muerde los labios, frunce el cejo, se le ve con cara de trauma, sufre de insomnio, acné, dolor de espalda, cuello, cabeza, u otra enfermedad. El estrés incide en los pensamientos y emociones por lo que genera miedos y frustraciones.

¿Cómo reconocer si eres un acelerado?

1. Haces más de una actividad a la vez. Te domina la hiperactividad mental, por lo que sueles dejar cosas que comienzas por la mitad.
2. Tus frases típicas son: “Estoy apurado”, “A última hora se me complicó”.
3. Quieres acelerar a los otros. “¿Será que puedes caminar un poquito más rápido?”
4. No duermes lo suficiente. 
5. Saturas tu agenda con actividades con poco intervalo entre una y otra. “Yo llego, aunque sea tarde, pero llego”.
6. Miras el reloj a cada rato.
7. Te cuesta disfrutar del placer. Cuando comes, ingieres los bocados rápidamente y no te das tiempo ni para la sobremesa. La prisa te roba los momentos gratos de la vida.
8. Como sueles irte volando, pierdes tus pertenencias. Luego tienes que regresar a buscarlas y así pierdes más tiempo. 

¿Alguna idea para disminuir el aceleramiento?

Darte masajes y practicar Yoga, Taichi, o cualquier disciplina física que contemple lo emocional, lo espititual y el gran valor de la respiración.

Bailar, reír, reunirte con tus amigos a hacer un picnic en contacto con la naturaleza.

Trata de integrar a tu vida aunque sea a veces la “Slow Culture” (Cultura de la Lentitud), que nos enseña a apreciar la calidad de los momentos de calma. Esta cultura demuestra que podemos apoderarnos del tiempo, en lugar de arrojarnos a su tiranía. La ‘Vida Slow’ no significa pasividad: persigue una redistribución de la energía vital con el fin de alcanzar una mejor calidad de vida.

Cerramos con estas dos perlas:

“El hombre vulgar, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla”. Lao Tse

“La prisa y el necio se topan frecuentemente”. Doménico Cieri

Por Daniel Duque @danielduque21

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