Desde que nos constituímos en el vientre de nuestra madre nos influencia lo que escuchamos, los alimentos que ella ingiere, sus hábitos y hasta aproximados los 7 meses nos sentimos parte de ella. Esto demuestra cuán significativos son nuestros progenitores en el desarrollo de nuestra personalidad.
Como hijos interpretamos que para pertenecer a nuestra familia debemos adoptar como propias las conductas familiares.
Es importante destacar que cada familia es un entramado diverso que incluye a los abuelos, tíos, primos, cuñados, yernos, nueros y personas con quienes aunque no tengamos consaguinidad han jugado un rol importante en nuestras vidas, como los cuidadores, padrinos o las amistades de la familia.
Los integrantes familiares se afectan mutuamente (en menor o mayor grado). Por ejemplo: el nacimiento de un niño, o el distanciamiento de un miembro familiar, genera cambios en el sistema.
Las Constelaciones Familiares nos ayudan a mirar a los nuestros desde otra perspectiva, para así valorarlos más y alentar nuestra evolución.
Por Daniel Duque
@danielduque21
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