Cada caso de adicción tiene sus particularidades; sin embargo, por las estadísticas terapéuticas se puede generalizar que las adicciones se generan por grandes dolores o vacíos que la persona no soporta y recurre a ellas para anestesiarse, y así no contactar sus heridas.
Se puede ser adicto a la comida, a las compras, al dinero, al juego, al cigarrillo, al alcohol, a cualquier otra droga, a los viajes, e incluso a cierto tipo de relaciones. Todos estos apegos son un llamado de atención.
La autoestima y la reconexión con los nuestros son los paraguas que nos pueden proteger de las adicciones y de las depresiones. Ya que nuestra valía propia comienza a formarse dentro de la familia.
Cuando tenemos heridas de nuestra niñez, de mayores nos tenemos que encargar de curarlas. Un adulto es alguien que se responsabiliza por su propia vida, por lo que deja de estar culpando a los demás haciendo el papel de víctima.
Cuando tenemos heridas de nuestra niñez, de mayores nos tenemos que encargar de curarlas. Un adulto es alguien que se responsabiliza por su propia vida, por lo que deja de estar culpando a los demás haciendo el papel de víctima.
La familia es importante para ayudar a la recuperación, pero todo será en vano si el adicto no pone de su parte dando prioridad a su bienestar.
Por Daniel Duque @danielduque21