Aprender a confiar nos da la certeza de que podemos estar bien y cada vez mejor. Confiando reconocemos que es posible superar lo que haga falta.
Una pieza clave a trabajar cuando hablamos de confianza es la relación que tenemos con nuestros seres cercanos. Estos vínculos nos permiten reconocer características básicas de nosotros. Al aceptar a quienes nos rodean tal y como son desarrollamos nuestra confianza y estimulamos la confianza de ellos (hacia con ellos mismos y hacia con nosotros).
La confianza crea lugares confortables en nuestro corazón. Nos impulsa a que busquemos soluciones en conjunto para que nuestras relaciones sean más sanas.
El amor es facilitador, no manipula, no excluye, no encierra; más bien comprende que lo que no nos parece adecuado existe por alguna razón. Dejar ser estimula la libertad propia y la de los otros.
Ten en cuenta que el temor al fracaso nos aleja de la paz y el éxito sin paz no es éxito.
Por Daniel Duque @danielduque21