domingo, 8 de diciembre de 2019

Aprender a dejar la lengua en reposo


Pedirle a un chismoso que tenga discreción con alguna confidencia, lo invitará a hacer lo contrario, ya que le encanta traficar con la información. Cuando habla de los demás, y más cuando son datos íntimos, se siente en su salsa, hace énfasis en los detalles, exagera e inventa. Sus frases recurrentes son: “¿Te enteraste de la última?”. “Sabes que fulanita me contó…”. “Eso escuché, yo no sé…”. “Sé que es un tema delicado, te lo digo porque tenías que saberlo” (para hacerte sentir que te hace un favor).

Si el material para chismear escasea, el chismoso echa mano de la vida de los famosos, artistas, miembros de la realeza…, lo que vale es darle a la lengua. Y no le cuesta captar atención porque por los medios de comunicación estamos acostumbrados a consumir los intríngulis de las vidas de los otros. 

Tengamos en cuenta que es chismoso el que le encanta contar, como también el que se deleita escuchando. 


Características típicas de los chismosos:
  • Se centran en los errores de los otros, y los cuentan con entusiasmo.
  • A pesar de la creencia común, no sólo las mujeres son chismosas, hay muchísimos hombres que lo son.
  • Se encadenan al teléfono o al chat. 
  • Hacen preguntas provocativas para enganchar a otros en su juego: “¿A que no te imaginas con quién se acostó Diego?”. "Adivina a quién echaron del trabajo y se armó un escándalo”. “¿Supiste la última de Sara?”
  • Se presentan como grandes amigos y confidentes para obtener información.
  • Su fascinación es rodearse de amistades chismosas para compartir horas de habladurías.

    Tácticas para tratar a los chismosos:


    1) Cuando necesites una información, no te dirijas a un chismoso, acude a las fuentes originales y aclara todo directamente.  


    2) Al menos de que sea un cínico, el chismoso actúa bajo la ignorancia del daño que puede causar. Aunque luego se dé cuenta de que inició un conflicto, al chismoso le cuesta aprender de sus errores. Por ello, una táctica para calmarles es hacerles saber cuán mal se sentiría el implicado si se entera de lo que están diciendo acerca de él.


    3) Los chismosos persiguen beneficios a costa de los terceros: prestigio social (que crean que ellos están muy informados y conectados), sentirse inmaculados al revelar los deslices de los otros, compensar frustraciones... Por ello, no caigas en su juego: freconoce lo que están buscando y no se los des.

    4) Cuando el chisme sea atrapante, la táctica es reconocer que se puede perder más que ganar si caemos en sus garras. Todos tenemos que aprender a dejar la lengua en reposo. Es preferible aprovechar el tiempo para hacer cosas productivas, el valioso tiempo que se va no vuelve.


    5) Cuando los chismosos vengan a contarte la vida de los otros, es mejor cambiar de tema, para que se den cuenta de que tienen un aliado menos en su juego de habladurías.

    “Cuando lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas”.
    Proverbio árabe


    “No tiene ningún sentido ser preciso cuando ni siquiera sabes de lo que estás hablando”.
    John Von Neumann


    Por Daniel Duque @danielduque21

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