miércoles, 20 de mayo de 2020

Convivencia en armonía en el hogar

Son cada vez más comunes las familias en las que todos trabajan fuera de casa, por lo que se hace imperiosa la necesidad de establecer acuerdos para la distribución de las tareas domésticas. 

Es positivo incluir a los hijos en estos deberes. Ellos pueden contribuir a lavar el auto, hacer el jardín, sacar al perro, limpiar los platos… Esto les incentiva su sentido de responsabilidad. 
Ahora bien, si un miembro de la familia, por cualquier razón, trabaja más que el resto en beneficio del hogar, por ejemplo: cocina, lava, plancha para los otros... su contribución debe considerarse como un aporte especial (no obviarlo), y compensarlo. Así esta persona no sentirá que se menosprecia su trabajo. 

A la vez es cierto que por la constitución masculina y femenina y por nuestra historia, para la mujer desde la época de las cavernas le ha resultado más a su medida el trabajo del hogar: limpiar, cocinar... en cambio, al hombre le ha calzado más salir a la calle a buscar la comida para la casa. Esto hoy en día ha cambiado; sin embargo, estos patrones, pueden ser aprovechados en lugar de combatidos, y la mujer aprender del hombre y el hombre de la mujer sin considerarse rivales, sino miembros de un equipo. Enseñarse mutuamente tácticas y estrategias, sin recriminaciones.

Cada decisión en el hogar puede ser enriquecedora. Cada vez que hay que decidir algo que influya en la convivencia, es positivo sentarse a verificar si eso beneficia a uno o al conjunto, y si es necesario, negociar entre todos hasta alcanzar el mejor acuerdo.

La comunicación honesta y abierta es la clave del éxito de la buena convivencia.

Por Daniel Duque 
@danielduque21

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