Una familia que vivía en un pueblo fue criticada porque llevaban a su hijo sobre la mula, mientras la mamá y el papá iban a pie. La gente decía: “Es la pobre mujer que tendría que ir en la mula. El niño tendría que ir andando para que fortalezca sus piernas”.
La familia hizo caso, lo bajaron y subieron a la madre. Y escucharon: “Esa mujer allí sentada se va a poner gorda. El hombre, que ya está un poco viejo y cansado de tanto trabajar en el campo es quien debería ir sobre la mula”. La familia hizo caso, y la gente comenzó a decir: “Qué injustos son, no le dan reposo a esa mula”.
La familia hizo caso, lo bajaron y subieron a la madre. Y escucharon: “Esa mujer allí sentada se va a poner gorda. El hombre, que ya está un poco viejo y cansado de tanto trabajar en el campo es quien debería ir sobre la mula”. La familia hizo caso, y la gente comenzó a decir: “Qué injustos son, no le dan reposo a esa mula”.
La familia, entonces, decidió llevar a la mula paseando como si fuera una hija más, de hecho, consideraron echársela al hombro. Y escucharon: “Miren esos estúpidos, ¿cómo no van a aprovechar que tienen un animal?”.
Cuando la gente está tan pendiente del comportamiento de los otros es porque muy pendientes del suyo no están. Así que en lugar de girar en torno a las críticas, mejor ser cónsonos y dignos con nosotros mismos.
Por Daniel Duque
@danielduque21
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